Cómo Freddie Mercury y Montserrat Caballé hicieron historia

El cantante principal de Queen, Freddy Mercury, y la soprano española, fallecida el sábado a los 85 años, cautivó plenamente al mundo de la música con su dúo’Barcelona’.

Sin avisar, se sentó al piano en el antiguo Hotel Ritz de Barcelona y comenzó a improvisar Ejercicios de Amor Libre, cantando en falsete lo que sería su papel si ella aceptara. Fue a principios de 1987 y la primera vez que Freddie Mercury, el cantante de la Reina, conoció a la soprano española Montserrat Caballé. Este encuentro daría lugar a una asociación musical legendaria que reuniría lo mejor del mundo de la música clásica y contemporánea en el emblemático himno de Barcelona, escrito antes de los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992.

Mercury había sido un gran admirador de Caballé desde que la vio actuar en Un ballo in Maschera de Verdi en la Royal Opera House de Londres en 1983. En público, Mercury decía que su cantante favorito era “Montsy”, una forma especial que tenía de pronunciar el nombre de pila de Caballé. La cantante de la Reina envió un sinfín de mensajes a la estrella de la ópera a través de sus representantes, pidiéndole que se reunieran y actuaran juntos. La canción Ejercicios en el amor libre fue su entrada.

A Caballé le gustaba que Mercury, contrariamente a las apariencias, vendiera su voz en lugar de su imagen. “Cuando se sentó al piano para improvisar, me di cuenta de que tenía ante mí a un verdadero músico”, dijo. Él causó tan buena impresión que ella accedió a encontrarse con él de nuevo en su casa de Londres para grabar un demo.

La icónica canción Barcelona nació de la música y las letras de Mercury y su productor Mike Habiten. El tema de la canción no era una coincidencia. La soprano había sido encargada por el entonces alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall, de actuar en la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos, quizás cantando el himno. Pero fue el propio hermano de Caballé, Carles, quien le sugirió que cantara en los Juegos Olímpicos con Mercury.

Ese día en Londres trabajaron hasta las 6 de la mañana para grabar el demo de Barcelona. Ni que decir tiene que tanto el alcalde como el Comité Olímpico Internacional quedaron atónitos por el resultado. Pero el milagro de la potencia musical fue menos técnico que emocional. Mercury diría más tarde que aunque les preocupaba que sus diferentes voces y registros “fueran a ir de la mano”, no era nada difícil debido, como ella decía, al “sentimiento que surgió”. Caballé, una mujer de voluntad fuerte pero muy humana, estaba fascinada por el “carácter sencillo” de Mercury, “nada como lo que se ve cuando está en el escenario cantando con Queen”.

También estaban unidos por su fe religiosa, aunque Mercury creía en el zoroastrismo. “Yo soy un creyente y él habló de Dios y me dijo:’No importa el camino o el nombre que tome, sólo hay un Dios'”. Y yo estuve de acuerdo”, recordó la estrella de la ópera años después.

Mercury murió ocho meses antes de la ceremonia de apertura

La química musical entre Mercury y Caballé llevó a Barcelona al octavo puesto en las listas de éxitos del Reino Unido en 1987 y fue la inspiración de un álbum que tardó más de 18 meses en completarse, en parte debido a sus conflictivas agendas artísticas, pero sobre todo porque Freddy Mercury estaba empezando a sufrir los efectos del SIDA.

“Me contó[sobre su enfermedad]”, dijo la soprano en una vieja entrevista con la agencia de noticias española EFE. “Entonces tuvimos la oportunidad de crear canciones que todos tienen un significado…. Me conmovió porque estábamos creando algo muy especial. No es frecuente, no se tiene la suerte de cantar con alguien que se va, que lo sabe y de estar cantando con él su despedida final”.

Caballé guardó silencio sobre la enfermedad de Mercury, que los acercó aún más. Pero la enfermedad no les impidió cantar juntos en varias ocasiones, entre las que destaca una actuación promocional especial de Barcelona en la discoteca Ku de Ibiza en mayo de 1987, antes de los Juegos Olímpicos.

Mercury murió ocho meses antes de la ceremonia de apertura y no pudo cantar Barcelona con Caballé en el evento especial. En su lugar cantó Amigos para siempre con el tenor español José Carreras.

Pero al comienzo de la transmisión internacional de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos se emitió una grabación de Barcelona, que la llevó al segundo puesto en las listas de éxitos del Reino Unido en 1992. La improbable pero poderosa química entre Mercury y Montsy (“gracias a mí se ha convertido en una rockera”, bromeó la estrella Queen), dejó una obra maestra musical que sobrevivirá a ambos.

Caballé murió el sábado 6 de octubre de 2018 de una infección de la vesícula biliar a la edad de 85 años.