Ser Humano, El mayor Depredador “Uno de cada tres peces capturados nunca se come”

Uno de los mayores retos a los que se enfrenta el mundo es garantizar que la creciente población mundial tenga suficiente para comer.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), la producción de alimentos debe aumentar en un 50% para alimentar a una población proyectada de 10.000 millones de personas en 2050.

El pescado es una fuente crucial de nutrición para miles de millones de personas, ya que proporciona proteínas fáciles de digerir que son especialmente útiles para combatir las carencias de micronutrientes.

Con este telón de fondo, parece una locura que tanto pescado -alrededor del 35%- simplemente se desperdicie.

Tirado al mar

Los grandes arrastreros representan alrededor de una cuarta parte de ese desperdicio, según The Guardian. Los peces no deseados son devueltos al mar -ya muertos- porque son demasiado pequeños o provienen de una especie no deseada. La FAO quiere que parte de esa captura incidental se utilice para producir harina de pescado, en lugar de simplemente ser descartada.

Sin embargo, la mayor parte de los desechos provienen de los países en desarrollo, donde el pescado simplemente se pudre antes de llegar a una fábrica o a un mercado. La FAO dice que el 27% del pescado que se desembarca nunca se consume.

Esto se debe a que los pescadores locales no tienen el conocimiento o el equipo -como la refrigeración o los fabricantes de hielo- para mantener sus productos frescos.

La FAO ha colaborado con los pescadores para reducir esos desechos, por ejemplo, fomentando el uso de bastidores elevados para secar el pescado al sol en las orillas del lago Tanganyika, en Burundi, o reduciendo la captura incidental cuando se pesca con redes de arrastre de fondo para capturar camarones en el Brasil.

Combatir el hambre

Las estadísticas sobre el despilfarro de pescado se presentan en un informe bianual, que examina el estado de las pesquerías del mundo y detalla la cantidad de pescado que se captura y se consume.

El consumo y la producción de pescado han aumentado rápidamente, alcanzando un máximo de 171 millones de toneladas en 2016, y creciendo más rápidamente que otras fuentes de proteínas como la carne.

Gran parte del crecimiento se debe al aumento constante de la acuicultura, es decir, la cría de peces en lugar de la captura de peces silvestres, como se muestra en el gráfico siguiente. De hecho, la acuicultura representó el 46,8% del total de peces capturados, lo que supone un enorme aumento con respecto al 25,7% de 2000.

La acuicultura es una forma de prevenir la sobrepesca, aunque debe realizarse de forma sostenible, vigilando de cerca el tipo de vida marina que se utiliza como alimento. La acuicultura también puede ayudar a mitigar el impacto del cambio climático, donde las aguas más cálidas están cambiando los patrones de comportamiento y socavando los medios de subsistencia tradicionales.

En general, el crecimiento de la acuicultura ha significado que la pesca en el medio silvestre ha disminuido ligeramente, cayendo a 90,9 millones de toneladas en 2016, una caída de dos millones a partir de 2015.

Reducción de los residuos plásticos

La pesca mundial emplea a 60 millones de personas en todo el mundo y es una fuente de nutrición para muchos más, ya que proporciona a cerca de 3.200 millones de personas cerca del 20% de sus necesidades de proteínas animales.

El Director General de la FAO, José Graziano, afirma que el pescado es “crucial” para alcanzar el objetivo de crear un mundo sin hambre ni malnutrición.

Pero la forma en que tratamos el pescado y los océanos tendrá que cambiar para alcanzar ese objetivo.

Es necesaria una mayor regulación y control de las prácticas de pesca responsable, lo que debería incluir un fuerte énfasis en la prevención de la sobrepesca.

También es necesario redoblar los esfuerzos para proteger los océanos del mundo, donde alarmantes cantidades de basura están destruyendo los ecosistemas. Un informe del Foro Económico Mundial advierte que, si no se toman medidas, en 2050 habrá más plástico en el océano que peces, medidos por peso.

Y tiene que haber mucho menos desperdicio del pescado que se captura.

Sólo actuando en los tres frentes será suficiente para alimentar a las generaciones futuras.