Lo que estas fotos del interior de Notre Dame nos dicen sobre el incendio

Rayos de luz anaranjada fluyen a través del techo destrozado, iluminando pilas de escombros que aún arden en el suelo de la catedral.
El otrora magnífico techo abovedado se reduce a vigas roscadas, entrelazadas como delicadas cerillas.
Y entre todas ellas, las velas siguen encendidas.

Estas notables fotos, algunas obtenidas exclusivamente por reporteros osados, muestran la magnitud de los daños en el interior de la Catedral de Notre Dame de París, parcialmente destruida en un incendio el lunes por la noche.
El incendio destruyó parte del techo y provocó el derrumbe de la aguja de la catedral, para horror de miles de espectadores.




Gracias a las horas de trabajo de unos 400 bomberos, se salvó la estructura principal del edificio y las dos torres de la fachada oeste.

Increíblemente, algunas velas se muestran aún encendidas en la nave, encendidas por los visitantes horas antes de que comenzara el fuego.
Las imágenes, que se cree que fueron tomadas en la madrugada del martes por la mañana y pasadas a los reporteros, muestran que el agua sigue saliendo de una manguera apuntando hacia el interior del edificio.
También revelan bloques de escombros blancos esparcidos por el suelo de la catedral, y brasas que caen de un agujero en el techo.

Al visitar el interior ennegrecido de esta obra maestra gótica de 850 años de antigüedad, el presidente francés Emmanuel Macron la calificó de “terrible tragedia”, pero añadió que “lo peor se había evitado”.
Visiblemente conmocionado, Macron prometió “reconstruir esta catedral juntos”, un esfuerzo que podría llevar décadas, dijeron los expertos a Clos medios locales e internacionales.




Algunos de los empresarios más ricos de Francia ya han prometido cientos de millones de euros para la restauración. Bernard Arnault, director general del grupo de productos de lujo LVMH, se comprometió a aportar 200 millones de euros (226 millones de dólares).

Una testigo, Anne Marie, tenía lágrimas en los ojos mientras decía: “En París, es un símbolo monumental, cada persona con diferentes religiones está realmente conmovida y entristecida”, dijo.
“París sin la catedral ya no es París”.