DÍA MUNDIAL DE LA DIABETES 2018: MITOS Y REALIDADES SOBRE LA ENFERMEDAD

La Organización Mundial de la Salud calcula que el número de personas con diabetes es de 422 millones en todo el mundo. Y entre 1980 y 2014, el número de personas con la afección casi se duplicó. A pesar de la alta prevalencia de la enfermedad, a menudo es malinterpretada. A continuación, se incluyen algunos conceptos erróneos comunes sobre la diabetes.

1. La diabetes es puramente un trastorno del páncreas
La diabetes afecta el páncreas, pero no debe ser considerada como una enfermedad que afecta al cuerpo de cuello para abajo. Si adoptamos este punto de vista, echamos de menos el impacto psicológico de vivir con esta enfermedad. Y es uno grande. Además de la cuestión de adaptarse al diagnóstico de una afección de salud a largo plazo, las personas con diabetes tienen más probabilidades de desarrollar depresión. Incluso existe una forma específica de depresión asociada con la diabetes conocida como angustia diabética. Es cuando una persona está luchando para lidiar con el manejo de su condición.

Tener diabetes también afecta sus habilidades mentales. Las investigaciones sugieren que la diabetes puede afectar su capacidad para pensar con claridad, concentrarse y recordar recuerdos.

La diabetes también afecta a otros procesos cerebrales, como la forma en que sopesamos las elecciones de alimentos. Los investigadores también están investigando cómo las hormonas, como la insulina, parecen regular las elecciones de alimentos. Estos efectos cerebrales particulares, dentro de un sistema llamado sistema de dopamina en el cerebro medio, ofrecen una explicación potencial de por qué a algunos diabéticos les resulta difícil seguir los consejos de salud, sin importar la frecuencia con la que los reciban.

2. Sólo las personas con sobrepeso u obesas tienen diabetes
Existe una fuerte asociación entre la diabetes tipo 2 y la obesidad, pero eso no significa que todas las personas que son diabéticas tengan sobrepeso o sean obesas. Tampoco significa que todas las personas con sobrepeso u obesas desarrollarán diabetes.

Sin embargo, un informe de Public Health England señaló que los adultos obesos de Inglaterra tenían cinco veces más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 que los adultos de peso normal. Pero aún queda mucho trabajo por hacer para comprender plenamente la relación entre diabetes y obesidad. Esto incluye la comprensión de los mecanismos biológicos que podrían vincularlos.

La diabetes tipo 1 no está asociada con la obesidad. Se considera un trastorno autoinmune, lo que significa que el propio sistema inmunológico del cuerpo ataca las células que producen insulina en el páncreas. Es un ataque muy exitoso; un diabético tipo 1 ya no es capaz de producir insulina. Existe cierta evidencia de que la diabetes tipo 1 es genética, pero no todas las personas en posesión de los genes de riesgo de diabetes desarrollarán diabetes. También hay alguna evidencia de que la diabetes tipo 1 podría ser causada por un virus.

3. Necesita inyectarse insulina regularmente
Los diabéticos tipo 1 requieren terapia de insulina, pero ésta se puede administrar con bombas de insulina. Estos dispositivos reducen la necesidad de inyectarse insulina regularmente. La insulina todavía se administra a través de una aguja, que se conecta a un pedazo de tubo y luego a la bomba, y hay varias ventajas de este método. Una es que es más discreto y el diabético evita el estigma social asociado con inyectarse en público. La segunda es que reduce la necesidad de encontrar diferentes puntos de inyección.

Hay una variedad de opciones de tratamiento para la diabetes tipo 2 y para la diabetes gestacional (que se desarrolla durante el embarazo). Estos tipos de diabetes pueden tratarse con cambios en el estilo de vida o, en las primeras etapas, pueden controlarse con éxito con píldoras, como la metformina. A medida que los diabéticos envejecen, o a medida que avanza el embarazo, puede haber una necesidad de insulina o una combinación de píldoras. A los diabéticos que están luchando por controlar su afección también se les podría ofrecer un medicamento como la bromocriptina, que se dirige a áreas del cerebro que ayudan a regular el metabolismo del cuerpo.

4. La diabetes es fácil de controlar
Existen algunas pruebas de que una dieta baja en calorías puede devolver los niveles de glucosa en sangre en ayunas a la normalidad en los diabéticos tipo 2, lo que ha llevado a sugerir que esto puede ser una cura. Pero no hay evidencia de que esto sea permanente y la mayoría de los médicos están de acuerdo en que la diabetes (excluyendo la diabetes gestacional) es de por vida.

Las complicaciones graves a largo plazo de la diabetes son la amputación de miembros, la pérdida de la vista y las enfermedades cardiovasculares. Esta es la razón por la que se realizan pruebas de detección de rutina para controlar estos aspectos de la salud diabética. En resumen, algunas complicaciones de la diabetes pueden matar.

La diabetes es una enfermedad oculta y para muchas personas no es fácil de controlar. Recibir consejos y educación para una vida saludable no es suficiente para ayudar a todos, y muchos no logran controlar su condición (aunque algunos se las arreglan con éxito hasta que su enfermedad progresa y todo cambia). Los niveles de azúcar en la sangre se ven afectados por la nutrición, la actividad, los ciclos del sueño, las enfermedades, el estrés y otros efectos hormonales. Por lo tanto, los signos y síntomas de la diabetes rara vez son estables.

Para la mayoría de las personas, la diabetes es de por vida. Es una condición seria que puede sentirse impredecible y abrumadora, a veces. Muchas personas con diabetes reportan haber experimentado el estigma que rodea a la afección. Algunos diabéticos incluso tienen sus propios malentendidos y preconceptos. Por lo tanto, es vital aumentar la concienciación sobre la realidad de vivir con diabetes para ayudar a mejorar la experiencia de la misma.

Claire Rostron es profesora titular en The Open University. Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor.

Este artículo ha sido reeditado de La conversación bajo una licencia Creative Commons. Lea el artículo original.